viernes, agosto 11, 2006
Porno a secas
El oficio de actor es tan viejo como el hombre. Todos somos actores que representamos nuestros papeles, con mejor o peor estilo. Todos somos personas y la palabra "persona" viene de la Grecia clásica, dónde se llamaba así a las máscaras que los actores utilizaban durante sus representaciones teatrales. El teatro griego clásico profundizó en la naturaleza del hombre al reconocerlo como un actor en el guión cambiante de la vida. Desde entonces las artes escénicas han producido una gran cantidad de obras y autores. Se ha terminado por reconocer al actor ciertas dotes, las dotes interpretativas, que pueden ser mejores o peores. No hay que tener en cuenta tan sólo declamación y recitación sino también la comunicación no-verbal y las intenciones que se transmiten. Hoy en día calificamos a los actores de cine y teatro como mejores o peores, como buenos o malos. Porque para interpretar un papel, el que sea, hacen falta ciertas cualidades que se heredan o que se aprenden. Uno puede interpretar con mayor o menor calidad su guión de actor en esta vida.
El cine es, hoy por hoy, una de las artes que deberíamos calificar como fundamentales, mayores o imprescindibles. Tiene una influencia enorme sobre los humanos. Es un instrumento de comunicación cultural que llega a casi todos los rincones del planeta. Es también una importante actividad económica. Los actores pueden llegar a ser superestrellas del universo mediático, modelos sociales, gobernadores de California...
Casi todos los análisis sobre el cine que se han hecho y que se harán están partidos por la mitad. Son parciales. No hablan del arte del cine tal y como tiene lugar en este mundo. Hablan de una parte concreta: la gran industria americana de Hollywood y algunos autores independientes occidentales (americanos, europeos, japoneses) de similares inquietudes. Se ignora por completo todo el resto.
Puede entenderse que necesitemos una versión resumida a la hora de formarnos un estereotipo sobre el cine, una imagen mental que nos diga qué es el cine, cómo es, qué efectos tiene. No podemos conocerlo todo, no podemos acordarnos de ese realizador pakistaní o de aquel otro guionista egipcio. Así que nos formamos un estereotipo del cine que se centra en aquellas películas que más personas van a ver, que más gustan, que más venden o que, según los críticos, son mejores. Es decir: Hollywood y el occidentalismo.
Pero, sorprendentemente, haciendo esto se sigue ignorando una parte del cine que muchas personas ven, que a muchas personas gusta y que mueve cantidades de dinero colosales. Se trata del cine porno.
En las películas que conocemos como "cine" a secas, el sexo explícito aparece raramente y siempre maquillado con detalles estéticos y simbolismos. La gente aborrece el cine porno y en las tertulias de cafeteria (donde la vaselina se usa solo en los labios -los de arriba obviamente-) se critica al porno comparàndolo a los documentales sobre los ritos de apareamiento de los animales salvajes. Es curioso: nos sentimos ofendidos al ser comparados con los animales y ni tan siquiera se nos pasa por la cabeza la idea de que quizás tenemos bastante que ver con ellos. Dicen también que las películas porno son de mala calidad porque no tienen un buen guión. Curioso: no podemos imaginar una película sin guión. Hemos olvidado que un actor no es solo declamación y recitación sino, sobre todo, lo que transmite. ¿Nos parecería más aceptable un porno en el que se cuidasen los guiones y, entre orgasmo y orgasmo, se desarrollasen complicadas tramas argumentales?. No lo creo.
El cine porno es una vertiente del cine que trata sobre el sexo visto de una manera muy concreta, muy animalesca y primitiva. Siempre lo será y son bazofia esos nuevos directores que quieren "acercar el arte al porno". El mero acto sexual, filmado por una cámara, resulta animalesco y primitivo. No capta el mundo interior de los actores sino lo que expresan corporalmente. El porno es eso y siempre será animalesco. Si no fuese así no lo llamaríamos porno y no lo distinguiríamos del resto del cine.
Así que los bienpensantes ignoran la existencia del porno como arte y lo consideran tan solo un acto depravado, un trastorno adictivo, una desviación... La gente de a pie lo usa bastante -la industria florece- pero siguen manteniendo una estricta frontera moral entre el cine "bueno" y el proscrito mundo del porno. Todo esto hace que nos olvidemos de que en el porno también hay actores, interpretando un papel muy concreto, y también transmiten unas u otras cosas, también son mejores o peores, también son personas. Y si uno termina olvidando todo esto, contemplar a dos ejemplares humanos copulando se convierte en un rito mecánico y patológico, síntoma de una sociedad enferma de ansiedad.
Son muchas las filosofías que nos animan a romper las barreras mentales. Parece una idea intuitiva del hombre, una verdad natural. Nos prometen un estado superior de vida si lo hacemos (religiones orientales) o nos advierten de que, si no lo hacemos, enfermaremos (Freud). ¿Por qué no romper también esta regla moral tan infantil, tan primitiva, que nos prohibe contemplarnos como primitivos animalescos?. ¿Por qué no excitarse con el porno y utilizarlo como una de las muchas fuentes de conocimiento que podemos encontrarnos por la vida?. ¿Por qué no disfrutarlo en lugar de reprimirlo?. En resumen: ¿por qué el porno es malo?.
La respuesta es bien simple. Nos da un miedo atroz contemplar tan siquiera la posibilidad de que el cine porno -con sus rubias oxigenadas y sus tetas de acero- tenga mayor calidad artística que nuestro cine de palomitas y lagrimitas, con su visión radicalmente burguesa de ver el mundo. Nos produce pánico tener el pensamiento -basta con tener un pensamiento impuro para pecar- de que cuando esa negra mueve las caderas sobre el falo del forzudo, puede transmitirnos más intenciones que las que nos transmite la última película de Spielberg.
Quizás la verdad se encuentre en esta brillante frase de Woody Allen:
"¿Es sucio el sexo?. Sólo cuando se hace bien".
la pornografía es simple y llanamente un negocio
En este desenfrenado mercado cualquier cosa es vendible, sobre todo el cuerpo femenino y el sexo. Algunos médicos sostienen que la pornografía crea aveces una adicción mucho mas difícil de vencer que la adicción a las drogas y lo creo jeje
al final decir que el ser o no adicto a la pornografía es una decisión de cada uno de nosotros, el aceptar las consecuencias de lo que conlleva el hacerlo demostrara el grado de madurez que tenemos y la forma de afrontarlo demostrara que tan preparados estamos para la vida y sus desavenencias.
La pornografía es sin duda un tema del que a no todos les gusta hablar, pero es una realidad que todos como integrantes debemos de una sociedad debemos afrontar, no solo por el adicto que pasa horas en internt mirando porno, sino, también por las miles de millones de personas que cada año son explotadas sexualmente.
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