miércoles, mayo 03, 2006
Evo y los cuervos
Están alborotados los cuervos de siempre porque Evo Morales, presidente electo de Bolivia, nacionaliza el petróleo. Así que vienen cargados con sus distorsiones y los viejos trucos y dicen que ay que ver qué tipo más maleducado que hace estas cosas sin avisar y le deja mal cuerpo a uno (en realidad la nacionalización del petróleo era uno de los ejes de su programa electoral). Pero ellos dicen que no, que lo ha hecho porque acaba de volver de Cuba y allí Castro y Chávez le lavaron el cerebro. Y así comienza a configurarse un tenebroso y bananero Eje del Mal con Cuba, Venezuela, Bolivia y, en breve, también Perú. Es increíble que, si se dispone de los medios adecuados para esparcirlo a los cuatro vientos, cualquier mensaje -cualquiera, hasta el más estúpido- cala en el imaginario colectivo. Bush Junior está marcando las pautas de vuelo de todos estos cuervos. A pesar de que se rían de él, a pesar de que todos se consideren intelectualmente superiores a ese tipo simiesco de acento tejano. A pesar de todos se está convirtiendo en todo un halcón de la retórica. Su concepto de Eje del Mal, con toda seguridad inspirado en los grandes villanos de los 60 (desde Fantomas a Spectra) es fácilmente asimilado por todos nosotros, también de aspecto simiesco y con diversos acentos a cada cual más pintoresco.
Además el imaginario colectivo debe ser una especie de Internet, con multitud de enlaces e hipervínculos que te llevan de algo nuevo a algún otro sitio en el que ya estuviste o en el que pasaste mucho, demasiado tiempo. El nuevo Eje del Mal significa para algunos el resurgir del fantasma del comunismo que recorre el mundo y asusta a las señoras. Algunos de los grandes cómicos de nuestro tiempo, como Mr. Aznar o el onorevole Berlusconi dan saltos de alegría en sus despachos porque ahora ya nadie podrá tomarles por locos cuando justifiquen todas sus tropelías basándose en el Mal del comunismo. Sí!!, sí!!, han vuelto!!!, Silvio y José Mari están de enhorabuena. La historia les ha dado, les da y les dará la razón. Aleluya!! Puedo ver a ambos en sus despachos, en su rol de gran líder depuesto, maquinando nuevas estrategias igual que hacía el jefe de Spectra, mientras acariciaba su gatito y soñaba con exterminar al inevitable Bond, James Bond.
Lo de Evo Morales resulta, por lo tanto, ser una gran noticia para todos estos cuervos. Tienen ya algo por lo que graznar y tienen mucho material para distorsionar. Y si nos descuidamos podrán tener en unos meses o unos años, quién sabe, carroña para sobrevolar y merendar. No es tan difícil de hacer: bastaría con convencer a esos halcones del Pentágono (no les costaría nada: aún conservan los mapas de la zona). Cuestión de pájaros al fin y al cabo.
Es también una buena noticia porque obliga a todos a quitarse las máscaras. Es la oportunidad para ver que el Gobierno está en manos de un partido que no es ni socialista ni obrero y es español dependiendo de la coyuntura. Lo que hace Evo es condenable porque, ¡claro!, lo que mola es el libre mercado y nadie puede permitirse hacer esas marranadas de la nacionalización con el pobrecito libre mercado que tan solo quiere ser libre como un pajarillo. Sin embargo sí que está justificado meterle mano al mercado cuando los alemanes llaman a tu puerta con una OPA hostil.
Y es que las doctrinas económicas de hoy en día no son ni siquiera las apocalípticas visiones de Adam Smith, ni mucho menos. Es peor. El juego consiste en imponer el libre mercado mientras a ti te convenga, mientras te venga bien para saquear paises como Bolivia, y recuperar el papel del Estado solamente cuando tus propias multinacionales se encuentren en peligro. El mejor ejemplo son los chinos. Su cambio de dirección alborotó mucho a los cuervos. Pasaron de ser el gran Gigante Comunista a convertirse en los verdaderos campeones del libre mercado. Producen barato, hacen competencia y ganan. ¿Acaso no se merecen un premio en este mundo de credo neoliberal?. Pues no. Nos sentimos agredidos por ellos. Nuestros medios de comunicación se encargan de convencernos. Nos invaden con sus productos baratos y de mala calidad, con sus inmigrantes y con sus restaurantes de comida que huele mal. No ha sido difícil echar mierda encima de los chinos porque, como decía, está demasiado reciente su identificación con un gran gigante dormido, y para colmo de males comunista. Son tres mil millones de extraños y parecen todos iguales. Echemos mano pues del imaginario colectivo y emitámoslo en directo y en diferido hasta que todos los conciudadanos vean con buenos ojos cualquier tipo de acción contra esos amarillos.
Graznan los cuervos por todas partes. Dicen por todas partes que esto será un desastre, que ahuyentará la inversión extranjera. ¿Hizo algo la inversión extranjera en todos estos años?. ¿Existe alguna relación entre que Bolivia sea uno de los paises más pobres de Latinoamérica y que siempre haya habido mucha inversión extranjera?. ¿Podría ser que la inversión extranjera llegó para esclavizar indígenas hace más de quinientos años y todavía no se ha marchado?.
Suceda lo que suceda, fracase o no fracase Evo, pase lo que pase, el petróleo es de los bolivianos y, curiosamente, nadie lo dice. No son ellos quienes deben avergonzarse por ser indígenas o por vestir con jerseys que a nosotros -culos gordos del primer mundo- nos hacen gracia. Son los conquistadores quienes deben definir su posición. O siguen siendo conquistadores, en cuyo caso me parece más que justificado que Evo envíe el ejército a los yacimientos petrolíferos (medida muy criticada por los cuervos), o han decidido arrepentirse, en cuyo caso deben disculparse una y mil veces por robar a Bolivia la plata, el plomo, el zinc, el gas, el petróleo y las infinitas horas de esclavitud impuestas a los bolivianos a lo largo de la historia.
No temas a los cuervos, Evo, porque son fáciles de ver en la distancia. Mientras sigan haciendo tanto ruido les será imposible sorprenderte. Pero cuidado con los que no son tan visibles. El diablo se esconde en cada detalle. Porque como dice el dicho: "los cuervos no comen sino muertos, pero los lisonjeros coménse los vivos".
Además el imaginario colectivo debe ser una especie de Internet, con multitud de enlaces e hipervínculos que te llevan de algo nuevo a algún otro sitio en el que ya estuviste o en el que pasaste mucho, demasiado tiempo. El nuevo Eje del Mal significa para algunos el resurgir del fantasma del comunismo que recorre el mundo y asusta a las señoras. Algunos de los grandes cómicos de nuestro tiempo, como Mr. Aznar o el onorevole Berlusconi dan saltos de alegría en sus despachos porque ahora ya nadie podrá tomarles por locos cuando justifiquen todas sus tropelías basándose en el Mal del comunismo. Sí!!, sí!!, han vuelto!!!, Silvio y José Mari están de enhorabuena. La historia les ha dado, les da y les dará la razón. Aleluya!! Puedo ver a ambos en sus despachos, en su rol de gran líder depuesto, maquinando nuevas estrategias igual que hacía el jefe de Spectra, mientras acariciaba su gatito y soñaba con exterminar al inevitable Bond, James Bond.
Lo de Evo Morales resulta, por lo tanto, ser una gran noticia para todos estos cuervos. Tienen ya algo por lo que graznar y tienen mucho material para distorsionar. Y si nos descuidamos podrán tener en unos meses o unos años, quién sabe, carroña para sobrevolar y merendar. No es tan difícil de hacer: bastaría con convencer a esos halcones del Pentágono (no les costaría nada: aún conservan los mapas de la zona). Cuestión de pájaros al fin y al cabo.
Es también una buena noticia porque obliga a todos a quitarse las máscaras. Es la oportunidad para ver que el Gobierno está en manos de un partido que no es ni socialista ni obrero y es español dependiendo de la coyuntura. Lo que hace Evo es condenable porque, ¡claro!, lo que mola es el libre mercado y nadie puede permitirse hacer esas marranadas de la nacionalización con el pobrecito libre mercado que tan solo quiere ser libre como un pajarillo. Sin embargo sí que está justificado meterle mano al mercado cuando los alemanes llaman a tu puerta con una OPA hostil.
Y es que las doctrinas económicas de hoy en día no son ni siquiera las apocalípticas visiones de Adam Smith, ni mucho menos. Es peor. El juego consiste en imponer el libre mercado mientras a ti te convenga, mientras te venga bien para saquear paises como Bolivia, y recuperar el papel del Estado solamente cuando tus propias multinacionales se encuentren en peligro. El mejor ejemplo son los chinos. Su cambio de dirección alborotó mucho a los cuervos. Pasaron de ser el gran Gigante Comunista a convertirse en los verdaderos campeones del libre mercado. Producen barato, hacen competencia y ganan. ¿Acaso no se merecen un premio en este mundo de credo neoliberal?. Pues no. Nos sentimos agredidos por ellos. Nuestros medios de comunicación se encargan de convencernos. Nos invaden con sus productos baratos y de mala calidad, con sus inmigrantes y con sus restaurantes de comida que huele mal. No ha sido difícil echar mierda encima de los chinos porque, como decía, está demasiado reciente su identificación con un gran gigante dormido, y para colmo de males comunista. Son tres mil millones de extraños y parecen todos iguales. Echemos mano pues del imaginario colectivo y emitámoslo en directo y en diferido hasta que todos los conciudadanos vean con buenos ojos cualquier tipo de acción contra esos amarillos.
Graznan los cuervos por todas partes. Dicen por todas partes que esto será un desastre, que ahuyentará la inversión extranjera. ¿Hizo algo la inversión extranjera en todos estos años?. ¿Existe alguna relación entre que Bolivia sea uno de los paises más pobres de Latinoamérica y que siempre haya habido mucha inversión extranjera?. ¿Podría ser que la inversión extranjera llegó para esclavizar indígenas hace más de quinientos años y todavía no se ha marchado?.
Suceda lo que suceda, fracase o no fracase Evo, pase lo que pase, el petróleo es de los bolivianos y, curiosamente, nadie lo dice. No son ellos quienes deben avergonzarse por ser indígenas o por vestir con jerseys que a nosotros -culos gordos del primer mundo- nos hacen gracia. Son los conquistadores quienes deben definir su posición. O siguen siendo conquistadores, en cuyo caso me parece más que justificado que Evo envíe el ejército a los yacimientos petrolíferos (medida muy criticada por los cuervos), o han decidido arrepentirse, en cuyo caso deben disculparse una y mil veces por robar a Bolivia la plata, el plomo, el zinc, el gas, el petróleo y las infinitas horas de esclavitud impuestas a los bolivianos a lo largo de la historia.
No temas a los cuervos, Evo, porque son fáciles de ver en la distancia. Mientras sigan haciendo tanto ruido les será imposible sorprenderte. Pero cuidado con los que no son tan visibles. El diablo se esconde en cada detalle. Porque como dice el dicho: "los cuervos no comen sino muertos, pero los lisonjeros coménse los vivos".
