lunes, agosto 14, 2006

Almax

Bebe, hermano, bebe que la vida es breve



Las bebidas alcohòlicas son consumidas por la humanidad desde tiempos inmemoriales. Los historiadores (a los cuales suele consultàrseles en lo referente a este tipo de paridas: la primera cerveza, el inventor de los bastoncillos para las orejas...) aseguran que ya se consumian en el 10.000 A.C. en vastas zonas de Mesopotamia y Sumeria (aproximadamente esas zonas por las que hoy llueven bombas y pasean marines). De hecho, basta masticar ciertos cereales para provocar su fermentaciòn mediante nuestros jugos salivales y, al escupir, tendremos una rudimentaria pasta de cerveza. Còmo es posible entonces que en pleno siglo XXI, donde no nos hace falta masticar nada porque nos los sirven todo en papilla, sea harto dificil comprar bebidas alcoholicas en la gran Rusia?

La historia, resumida y sintetizada, es esta: La administraciòn rusa idea un plan para combatir la destilaciòn ilegal de alcohol y el contrabando. Se trata de un programa informàtico mediante el cual las empresas autorizadas para comerciar alcohol "registraràn" las botellas. De esta manera el ministerio encargado podrà seguir on-line el recorrido que las bebidas realizan. Proyecto ambicioso: saber en todo momento cuànto alcohol y de qué clase y proveniencia se encuentra a la venta en la inmensidad del territorio ruso. Aun asi todos pensaron (còmo habriamos pensado cualquiera de nosotros si nos hubieran propuesto esto o cualquier otra cosa descabellada como construir un puente que una Sicilia con Italia) que la tecnologia ha llegado a un nivel tan impresionante que es capaz de resolver todas estas cosas que a nosotros - simios con corbata - nos dan ardor de estòmago.

Como pueden imaginar, el programa se ha quedado colgado (pasa en las mejores familias, también a Bill Gates durante la flamante presentaciòn oficial de su Windows no-se-cuàntos). Los comercios rusos van agotando de manera galopante sus existencias alcohòlicas, dado que para que nuevas botellas sean comercializadas tienen que ser primero registradas en el dichoso programita. Sabrà el ruso de a pie que bastaria con ponerse a masticar cantidades ingentes de cebada?

Hay muchas historietas como esta. Normalmente, como grandes simios con corbata que somos, extraemos de ellas una moraleja del tipo "qué idiotas son las màquinas". Quizàs bastaria quitarse la corbata para darse cuenta de que, por muy profunda que pueda llegar a ser la estupidez de las màquinas, no es nada al lado de la insondable estupidez humana, densa y oscura como los confines del universo. Si de las màquinas dependiese, ninguna de ellas dejaria el funcionamiento de la tecnologia en manos de macacos que se alimentan a base de potitos.

Por cierto, el puente que unirà Sicilia con Italia es un proyecto real. Hay asesores que, si les dejan, salen por la tele defendiéndolo con sus mejores discursitos: construyamos puentes y tiremos muros, proletarios del mundo unios y, como pueden ver, no hace falta el vodka para tener ardor de estomago. Siempre nos queda el Almax.

Construyamos puentes, ja, ja


Comments:
je interesante el dato de los sumerios borrachones, creo que seguro mi ciudad les da pelea, en mexico es la numero uno chupando alcohol, triste numero uno, pero en algo debiamos serlo..
 
Interesante post y mejor aún el blog. Webeando he entrado de casualidad y sí, seguro que las máquinas jamás dejarían en nuestras manos el control absoluto. Pero la triste realidad es otra, y ahí entran a jugar los marines y los "avances" tecnológicos como el caso ruso, tendientes a controlarnos cada vez más.
Un gustazo conocerlo, 'ta luego.
 
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